En Grupo Derma Aid, nuestra Unidad de Láser Dermatológico se distingue por realizar un diagnóstico previo minucioso de cada tipo de mancha, lo que nos permite seleccionar el tratamiento más adecuado para cada caso específico. Entendemos que la elección de un protocolo terapéutico inapropiado no solo puede fallar en resolver el problema de pigmentación, sino que también puede agravar el estado de las manchas. Por esta razón, nuestro enfoque se centra en un análisis detallado que garantiza la aplicación del tratamiento más efectivo y seguro para nuestros pacientes.
Las manchas en la piel son comunes en la población a medida que avanza la edad y contribuyen a una apariencia más envejecida. En Grupo Derma Aid, ofrecemos una variedad de opciones de tratamiento que son tanto eficaces como seguras. La clave para obtener los mejores resultados radica en seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente, asegurando que sea realizado por dermatólogos expertos con amplia experiencia. Nuestro enfoque personalizado garantiza que cada tratamiento se adapte a las necesidades específicas del paciente, optimizando así los resultados y mejorando significativamente la calidad de la piel.
Las manchas faciales son alteraciones de la pigmentación que tienen un impacto significativamente negativo en la estética facial. Estas anomalías afectan a personas de todas las edades y son percibidas por muchos como un factor que contribuye a un aspecto facial apagado y notablemente envejecido, incluso más que otros problemas estéticos como las arrugas o la flacidez. Las principales causas de las manchas cutáneas incluyen factores genéticos, hormonales y un exceso de exposición a la radiación solar.
El proceso de diagnóstico es de vital importancia, no solo para la clasificación y tratamiento efectivo de estas manchas, sino también porque algunas de ellas pueden ser indicativas de condiciones más serias, como el cáncer de piel. Entre los tipos más comunes de manchas faciales se encuentran el melasma, los léntigos solares y la hipomelanosis en gotas. En Grupo Derma Aid, nuestro equipo de dermatólogos expertos emplea avanzadas técnicas de diagnóstico y tratamientos personalizados para cada tipo de mancha, asegurando resultados óptimos y mejorando la salud y apariencia de la piel, mientras se mantiene vigilante ante la posibilidad de condiciones más graves.
Los léntigos solares, comúnmente descritos por los pacientes como «pecas grandes», son manchas marrones que evidencian el fotoenvejecimiento debido al daño acumulativo causado por excesiva exposición a la radiación ultravioleta. Estas manchas de forma irregular y coloración desigual, predominan en zonas como hombros, brazos, manos, cara y escote, aunque pueden manifestarse en cualquier área del cuerpo expuesta prolongadamente al sol. Son residuos de quemaduras solares sufridas en la infancia o adolescencia que se hacen visibles con el tiempo.
Aunque los léntigos solares no suelen ser dolorosos ni presentar síntomas de picazón y, en general, no son graves, es crucial vigilarlos regularmente para distinguirlos de los lentigos malignos, que son lesiones cancerígenas que requieren extirpación quirúrgica.
El tratamiento más efectivo para los léntigos solares es el láser, ideal para lesiones que afectan solo las capas superficiales de la dermis. Este procedimiento se centra en la destrucción selectiva del acúmulo de melanina. La elección del tipo de láser o luz pulsada para tratar los léntigos varía según la presencia de otras manchas cutáneas, la profundidad de las lesiones, el número y localización de los léntigos.
Este láser es una de las tecnologías más eficaces para eliminar cualquier tipo de mancha cutánea. Es rápido, no doloroso y ofrece excelentes resultados en pocas sesiones. También es efectivo para tratar manchas hormonales más profundas, además de las solares.
Particularmente indicado para manchas solares, este láser es efectivo en pocas sesiones, logrando resultados significativos rápidamente.
Ideal para tratar áreas extensas con numerosos léntigos o de gran tamaño. Además, esta técnica mejora lesiones vasculares en la misma sesión de tratamiento.
Tras la sesión de tratamiento, es normal experimentar irritación, inflamación y enrojecimiento en la piel tratada. Las manchas tratadas se oscurecen y forman escamas que, tras una a tres semanas, se desprenden dejando una pigmentación leve que desaparece en pocos días.
El melasma es una condición dermatológica que se manifiesta como manchas de color castaño en la piel, derivadas de la palabra griega melas, que significa negro. Esta forma de hiperpigmentación es especialmente visible en áreas del rostro expuestas al sol, y tiende a intensificarse durante la primavera y el verano, aunque puede mejorar en otoño. Factores como la genética, cambios hormonales relacionados con el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y disfunciones tiroideas, exacerbados por la luz solar, contribuyen a su aparición.
El melasma puede presentarse en cualquier persona, pero es más frecuente en mujeres, especialmente aquellas de origen hispano y residentes en países tropicales. Aunque es menos común en hombres, presenta las mismas características y un notable componente familiar en aproximadamente el 70% de los casos.
El melasma se clasifica según la profundidad de la pigmentación en:
Melasma Dérmico: Afecta profundamente la dermis con manchas de tono grisáceo.
Melasma Epidérmico: Presenta manchas marrones con bordes definidos en la capa superficial de la piel.
Melasma Mixto: Combina características de los tipos dérmico y epidérmico con manchas pardas y grisáceas
Estas manchas se agrupan siguiendo patrones simétricos en el rostro:
Patrón Centro Facial: Afecta mejillas, frente, labio superior y mentón.
Patrón Malar: Involucra pómulos, mejillas y nariz.
Patrón Mandibular: Afecta principalmente la línea de la mandíbula.
El tratamiento del melasma requiere un enfoque meticuloso y diferenciado de otras manchas como los lentigos solares:
Despigmentantes Tópicos: Incluyen hidroquinona, ácido kójico, ácido azelaico, y ácido tranexámico, que bloquean la producción de melanina. A menudo se combinan con exfoliantes como alfahidroxiácidos y retinoides, además de antioxidantes para minimizar el daño por radicales libres.
Peelings Químicos: Utilizados como una segunda línea de tratamiento, estos peelings renuevan la superficie de la piel y aclaran las manchas.
Láser: Es crucial que el tratamiento con láser para el melasma sea administrado por dermatólogos expertos debido a su complejidad y el riesgo de efectos rebote. Los láseres deben usarse con potencias bajas para evitar la hiperpigmentación postinflamatoria.
Además de los tratamientos específicos, es crucial que los pacientes adopten medidas de fotoprotección rigurosa, utilizando protectores solares de amplio espectro, y empleen camuflaje cosmético y vestimenta adecuada para protegerse del sol. Evitar sustancias irritantes o alergénicas también es esencial para prevenir la exacerbación del melasma. La combinación de múltiples terapias generalmente produce mejores resultados, y debe ser evaluada y ajustada continuamente por un dermatólogo experto.
La hipomelanosis en gotas, también conocida como hipomelanosis guttata, es un trastorno de la pigmentación que se manifiesta de manera contraria a las manchas oscuras típicas. Esta condición resulta en manchas blancas de forma circular, más evidentes en zonas del cuerpo como brazos y piernas que están frecuentemente expuestas a la radiación ultravioleta. Las manchas se vuelven más notorias durante y después del verano, debido al contraste con la piel circundante más oscura.
La causa subyacente de la hipomelanosis en gotas es el agotamiento de los melanocitos, que tras años de exposición solar excesiva, pierden la capacidad de producir melanina. Esto lleva a una decoloración en áreas específicas en lugar de una hiperpigmentación.
Aunque las manchas blancas de la hipomelanosis en gotas no representan un problema clínico, pueden ser una preocupación estética significativa para muchos pacientes. El tratamiento más efectivo hasta la fecha combina el uso de láser con exposición a la luz ultravioleta. Esta terapia busca reactivar los melanocitos agotados para que reanuden la producción de melanina, utilizando técnicas como el láser fraccionado, que puede ser ablativo o no ablativo según la valoración del dermatólogo.
El proceso de tratamiento generalmente involucra varias sesiones, dependiendo de la respuesta de la piel y el grado de repigmentación deseado. Además, es crucial que los pacientes sigan estrictamente las recomendaciones de fotoprotección para evitar el agravamiento de la condición y maximizar la efectividad del tratamiento repigmentante.
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