La foliculitis decalvante se clasifica como un tipo infrecuente de alopecia cicatricial primaria y afecta mayormente a pacientes jóvenes, con una incidencia más elevada en varones, aunque no es exclusiva de estos y las mujeres también pueden padecerla. El inicio de esta forma de alopecia generalmente se presenta con características de una foliculitis convencional en la coronilla, que progresa a través de un proceso inflamatorio en el cuero cabelludo con síntomas de pústulas y escozor de intensidad variable. Con el paso del tiempo, la condición avanza afectando otras zonas del cuero cabelludo y culmina en la destrucción de los folículos pilosos, dejando áreas de calvicie permanente con cicatrices, un curso común en otras alopecias cicatriciales.
Una señal distintiva de esta enfermedad es la aparición de pelos en penacho, donde múltiples cabellos emergen de un solo orificio folicular, y la presencia de costras y lesiones que rodean la zona calva, ocasionando picor intenso, sensación de ardor y escozor, entre otros malestares. Más allá de los síntomas físicos, la foliculitis decalvante conlleva un fuerte impacto emocional, impactando negativamente en la autoestima y calidad de vida del paciente, especialmente cuando las áreas afectadas son extensas y notorias.
Ante la permanencia de las secuelas estéticas, es crucial enfatizar la importancia de un diagnóstico precoz y de iniciar tratamientos tempranos que frenen la progresión de la enfermedad y atenúen el deterioro estético y psicológico, recordando que el pelo no vuelve a crecer en las áreas con tejido cicatricial. En Grupo Derma AID, nuestra Unidad de Tricología y Trasplante Capilar no solo se dedica a tratar la enfermedad, sino también a participar en investigaciones científicas que permitan profundizar en el entendimiento y tratamiento de esta compleja afección capilar.
A pesar de los avances médicos, las causas exactas de la foliculitis decalvante siguen siendo un enigma. Los datos recolectados a través de investigaciones científicas, algunas lideradas por el equipo de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Derma AID y su contraparte en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, sugieren que el inicio del daño folicular puede estar asociado a una infección bacteriana. En individuos con una predisposición genética, tal infección podría desencadenar una respuesta inmunológica del organismo. Esta respuesta, aunque dirigida a combatir las bacterias, también podría afectar de manera adversa a los folículos pilosos, dañándolos hasta el punto de provocar su caída. La reacción inflamatoria implicada en la foliculitis decalvante es de naturaleza crónica y puede persistir durante años, manifestándose en episodios recurrentes, incluso si la infección original ha sido efectivamente tratada. Importante destacar es que, aunque pueda tener un origen infeccioso, la foliculitis decalvante no se considera una afección contagiosa. Este detalle es esencial tanto para la comprensión de la enfermedad como para la gestión del estigma que podrían enfrentar los pacientes.
El diagnóstico de la foliculitis decalvante se realiza mayormente en la consulta médica, haciendo uso de herramientas avanzadas como el tricoscopio digital. Este microscopio de alta precisión permite al tricólogo examinar con gran detalle el cuero cabelludo y la estructura del tallo piloso. En manos de un especialista con experiencia, la enfermedad puede ser identificada mediante la observación directa, aunque el tricoscopio aporta un análisis más profundo, facilitando un seguimiento preciso del estado y evolución de la enfermedad, así como de la respuesta al tratamiento. Este dispositivo no solo es útil para el diagnóstico inicial, sino que también es una pieza clave para ajustar el tratamiento conforme al progreso del paciente.
Aunque estas técnicas no invasivas son efectivas, en algunos casos puede ser necesario recurrir a un análisis histológico para confirmar el diagnóstico o clarificar dudas específicas. Este análisis requiere una biopsia del cuero cabelludo, un procedimiento breve y sencillo que se realiza en la misma consulta bajo anestesia local y normalmente no requiere más que un solo punto de sutura post-procedimiento.
Aunque no contamos con un tratamiento que erradique definitivamente la foliculitis decalvante, en la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar de Grupo Derma AID ofrecemos las alternativas más punteras y efectivas con el fin de estabilizar el cuadro clínico y prevenir la progresión de la alopecia.
Dentro del espectro terapéutico, es posible la utilización de combinaciones de antibióticos orales para combatir la infección bacteriana que desencadena los brotes, junto con antiinflamatorios administrados de forma intralesional, inyectados directamente en el foco inflamatorio. Esta intervención puede permitir a algunos pacientes mantener la enfermedad controlada por varios meses sin la necesidad de terapias adicionales. La aplicación de corticoides tópicos, ya sea solos o en combinación con su versión oral, se personaliza de acuerdo con las particularidades de cada paciente.
En casos seleccionados, pueden considerarse otras alternativas terapéuticas como la terapia fotodinámica, que implica la aplicación de un agente fotosensibilizante seguido de exposición a una luz específica para destruir las lesiones activas. Los retinoides, comúnmente prescritos en distintos trastornos dermatológicos como el acné, y ciertos medicamentos biológicos que apuntan a dianas moleculares específicas para modular las respuestas del cuerpo implicadas en la patología, también se contemplan como opciones viables.
Es importante recalcar que todos estos tratamientos son generalmente bien tolerados y presentan pocos efectos secundarios, pero siempre deben estar bajo la supervisión de un dermatólogo especializado en tricología.
El propósito principal de cualquier tratamiento contra la foliculitis decalvante, como ocurre con otras alopecias cicatriciales, es mitigar el proceso inflamatorio que precipita la destrucción folicular y evitar así el agravamiento de la pérdida de cabello.
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