El efluvio telógeno se distingue por una caída abrupta y notable del cabello, que no sigue un patrón específico y que se origina por una perturbación en el ciclo normal de crecimiento capilar. Durante este trastorno, una cantidad considerable de folículos pilosos que deberían estar en la fase anágena (de crecimiento) transicionan prematuramente a la fase telógena (de reposo), lo cual precipita una pérdida de cabello profusa. Aunque esta condición puede generar una considerable alarma entre quienes la padecen, es importante destacar que el efluvio telógeno es un proceso reversible y que, en ciertas circunstancias, puede remitir espontáneamente sin requerir una intervención terapéutica.
En la clasificación del efluvio telógeno, podemos establecer distintas categorías, siendo una de ellas el:
Esta categoría se refiere a una alteración del ciclo de crecimiento capilar que conduce a una pérdida intensa de cabello en un tiempo relativamente corto, generalmente inferior a seis meses. El efluvio telógeno agudo es un fenómeno reversible y bastante común, especialmente en mujeres jóvenes, aunque no excluye a los varones ni a los pacientes de mayor edad.
Las causas que desencadenan el efluvio telógeno agudo varían desde un daño puntual en la raíz del folículo piloso, que interrumpe su ciclo normal, hasta factores externos como infecciones, intervenciones quirúrgicas, eventos traumáticos o estresantes, el posparto o la carencia de vitaminas esenciales. La raíz del problema reside en un daño que obliga a una cantidad significativa de cabellos a entrar en la fase telógena simultáneamente.
En ocasiones, la causa específica del efluvio telógeno no se identifica claramente. En otros casos, puede haber múltiples factores contribuyentes. Es crucial, cuando la causa subyacente es conocida y tratable, abordarla prontamente para evitar que la pérdida capilar avance y promover una recuperación más ágil. Desde el momento del daño al ciclo de crecimiento capilar hasta que se percibe la caída del cabello, suelen transcurrir aproximadamente dos o tres meses. Si la situación no mejora de manera espontánea, es imprescindible buscar asistencia médica.
El efluvio telógeno crónico representa una variante de este trastorno capilar que se extiende más allá de seis meses. Similar al tipo agudo, se caracteriza por una pérdida de cabello notoria y puede presentarse tanto en mujeres jóvenes como en aquellas de edades más avanzadas.
A diferencia de la forma aguda, el efluvio telógeno crónico se asocia con un recambio capilar acelerado, originada por factores que a menudo son difíciles de precisar. Se han identificado diversas causas posibles, entre ellas, déficits nutricionales específicos, como la falta de vitaminas o minerales esenciales, y niveles crónicamente bajos de hierro.
Otros posibles desencadenantes incluyen el impacto de ciertos medicamentos, enfermedades crónicas, así como situaciones de estrés emocional mantenidas en el tiempo. No es inusual que varias de estas causas coexistan, complicando el cuadro clínico del paciente. Sin embargo, también puede darse el caso de que la etiología del efluvio no se identifique con claridad.
El efluvio telógeno se manifiesta a menudo a través de una caída del cabello extraordinariamente evidente. Los pacientes comúnmente reportan un aumento en la cantidad de cabellos que encuentran en su cepillo, en el desagüe de la ducha, en el respaldo de los muebles, o en la almohada. En algunos casos, la pérdida de cabello puede ser uniforme, mientras que en otros puede ocurrir en porciones más grandes o «en mechones». La preocupación se intensifica especialmente en aquellos con pelo largo y oscuro, dado que los cabellos sueltos son mucho más notorios sobre distintas superficies y durante el peinado. Como consecuencia directa del trastorno, se observa una disminución notable en el volumen de la cabellera, que se hace evidente, por ejemplo, al hacer una cola de caballo y notar que esta es más fina de lo habitual. En los casos más graves, la perdida de densidad puede ser tal que el cuero cabelludo se hace visible.
Aunque el efluvio telógeno suele ser un proceso reversible, requiere de la identificación y corrección adecuada de sus causas, especialmente en el efluvio telógeno crónico. Este último puede prolongarse durante meses, tiempo durante el cual el paciente puede experimentar una pérdida significativa de la densidad capilar.
El proceso de diagnóstico del efluvio telógeno se inicia en la consulta del dermatólogo especializado en tricología, quien detalladamente compila la historia clínica del paciente y realiza una exploración médica específica. Uno de los instrumentos clave en este proceso es el tricoscopio digital, un dispositivo avanzado que permite examinar el cuero cabelludo en detalle, evaluando aspectos como el grosor del pelo y la densidad capilar.
Además, los especialistas del Grupo Derma AID frecuentemente realizan una prueba muy sencilla pero efectiva conocida como el «pull test». Este test consiste en tirar suavemente de un pequeño grupo de cabellos para verificar si se desprenden fácilmente y en cantidad mayor a lo normal, lo que puede indicar la presencia de efluvio telógeno.
Para complementar la evaluación física, generalmente se prescriben análisis de sangre completos. Estos análisis permiten verificar la función tiroidea, los niveles de hierro, oligoelementos y vitaminas, entre otros parámetros cruciales que el especialista determine necesarios, basándose en las características individuales del paciente. Estos estudios ayudan a descartar o confirmar otras causas posibles de la pérdida de cabello y a establecer un plan de tratamiento personalizado y eficaz.
Para una evaluación más profunda del efluvio telógeno y determinar la necesidad de intervención médica, los dermatólogos especializados en tricología de Grupo Derma AID recurren a pruebas especializadas que ayudan a valorar la gravedad de la condición y a identificar posibles casos de alopecia encubierta.
Otro método utilizado es la Escala de Sinclair, que consiste en recoger y fotografiar todos los pelos que se caen en un día normal sobre una cartulina blanca de tamaño A4. Para llevar a cabo este test correctamente, el paciente debe lavarse y peinar el cabello normalmente, luego continuar con sus actividades diarias, y repetir el proceso de lavado y peinado al día siguiente. Todos los cabellos que se desprendan durante estos procesos deben ser recolectados y fotografiados sobre el folio blanco. Esto permite obtener un registro visual claro de la cantidad de cabello perdido, facilitando la evaluación de la severidad del efluvio telógeno y la necesidad de tratamiento específico.
Aunque el efluvio telógeno agudo es generalmente un proceso reversible que tiende a resolverse por sí solo en un par de meses, en algunos casos, puede ser necesario implementar medidas terapéuticas. Específicamente, si la pérdida de densidad capilar es muy pronunciada (como el adelgazamiento visible del cuero cabelludo o la ampliación de la raya del peinado), o si la caída del cabello persiste por un período extendido, se podría considerar el inicio de un tratamiento.
Por otro lado, el efluvio telógeno crónico generalmente requiere intervención médica para detener la caída y fomentar la recuperación de la densidad capilar. El tratamiento inicial para cualquier tipo de efluvio implica identificar la causa subyacente de la pérdida del cabello y abordar cualquier condición médica que esté contribuyendo al problema.
A medida que el tratamiento surte efecto, se debería observar una disminución gradual en la intensidad de la caída del cabello. Posteriormente, se inicia una fase de crecimiento en la que inicialmente aparece cabello fino y corto. Con el tiempo, este cabello debería engrosarse y alargarse hasta alcanzar su longitud y grosor normales. Es importante comunicar a los pacientes que este proceso es lento y puede durar varios meses, hasta un año, por lo que no deben alarmarse si no observan mejoras inmediatas.
El tratamiento específico para el efluvio telógeno se considera especialmente en los siguientes casos:
En el manejo del efluvio telógeno, los suplementos vitamínicos y nutricionales juegan un papel crucial, siempre que se detecten déficits específicos en el paciente. Estos suplementos deben ser prescritos y ajustados individualmente por un especialista para asegurar su efectividad y seguridad. En algunos casos, también se pueden recomendar lociones o sérums que ayudan a regular el ciclo capilar y fortalecer el cabello durante la fase de recrecimiento.
La melatonina, conocida principalmente por su rol en la regulación del ciclo de sueño, también posee propiedades antioxidantes que son aprovechadas en tratamientos estéticos. En el contexto del efluvio telógeno, la melatonina en dosis bajas puede ser útil para regular el ciclo capilar y reactivar los mecanismos que promueven un crecimiento saludable del cabello.
En el manejo del efluvio telógeno, una de las recomendaciones clave es el lavado frecuente del cabello. Se aconseja lavar el cabello al menos tres o cuatro veces por semana. Este hábito ayuda a eliminar el cabello que está en su fase final y que, de todas formas, terminará por caerse. Contrario a la creencia popular de que lavar el cabello con frecuencia puede agravar la caída, este enfoque puede en realidad acortar la fase de caída y acelerar el inicio de la fase de recrecimiento, facilitando así una resolución más rápida del efluvio.
A pesar de estas medidas, es crucial entender que la mayoría de los casos de efluvio telógeno son resultado de causas específicas y temporales. Por esta razón, generalmente no se requiere un tratamiento activo más allá de esperar pacientemente que el cabello se renueve por sí solo.
Es fundamental reconocer que el efluvio telógeno tiene un buen pronóstico. Una vez que se descarta la presencia de algún tipo de alopecia concomitante, y dado que no hay un problema estructural en la raíz del cabello, todo el cabello que se pierde será eventualmente reemplazado por nuevo crecimiento. Por lo tanto, el efluvio telógeno no conducirá a una alopecia permanente, asegurando la recuperación completa del volumen capilar a lo largo del tiempo.
Aquí respondemos a las preguntas más comunes sobre el efluvio telógeno.
El efluvio telógeno es una forma de pérdida de cabello temporal y difusa, que se caracteriza por una caída excesiva de cabello durante la fase telógena del ciclo de crecimiento del pelo.
No, el efluvio telógeno es generalmente un proceso reversible, y el cabello suele comenzar a regenerarse una vez que se resuelve la causa subyacente.
El tratamiento puede no ser necesario en muchos casos de efluvio telógeno agudo, pero para casos crónicos o severos pueden incluir suplementos nutricionales, minoxidil oral a dosis bajas, o terapias para condiciones subyacentes.
El efluvio telógeno por sí solo no suele conducir a la calvicie total, ya que el cabello se recupera con el tiempo. Sin embargo, si está relacionado con alopecia androgénica, el tratamiento temprano es crucial.
El diagnóstico se realiza mediante el historial clínico del paciente, examen físico, tricoscopia digital y, en ocasiones, pruebas como el "pull test" y análisis de sangre.
Se recomienda lavar el cabello frecuentemente para ayudar a remover el pelo que está en fase de caída y promover el crecimiento.
Los suplementos como el hierro, zinc, y melatonina pueden ser útiles, pero siempre deben ser personalizados y recetados por un especialista.
Una dieta equilibrada y rica en nutrientes esencial para promover la salud del cabello y puede ayudar en la recuperación del efluvio telógeno.
Si estás experimentando una pérdida de cabello inusual y resides en Quito, es posible que estés buscando un tratamiento confiable y efectivo para el efluvio telógeno. En Grupo Derma AID, entendemos lo impactante que puede ser enfrentar esta condición y estamos aquí para ofrecerte soluciones personalizadas.
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