El carcinoma basocelular es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla en las células basales, ubicadas en la capa más profunda de la epidermis. A menudo es causado por la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV), ya sea por la luz solar o por camas de bronceado. Caracterizado por su crecimiento lento, el CBC raramente se disemina a otras partes del cuerpo (metástasis), pero puede causar la destrucción de tejidos circundantes si no se trata oportunamente.
El carcinoma basocelular no solo se relaciona con la exposición solar excesiva, sino que también se asocia a una variedad de factores de riesgo que pueden incrementar la susceptibilidad de una persona a desarrollar esta enfermedad. Los individuos con fototipos claros, caracterizados por una piel muy blanca, pecas y ojos de tonalidades claras, como verdes, grisáceos o azules, y aquellos con cabello rubio o pelirrojo, están particularmente en riesgo. Un número elevado de lunares en la superficie corporal y antecedentes familiares de cáncer de piel también son indicativos de un riesgo aumentado.
Las quemaduras solares frecuentes durante la infancia, el uso indebido y excesivo de cabinas de bronceado artificial, y las infecciones crónicas o recurrentes de la piel asi como quemaduras o cicatrices contribuyen igualmente al desarrollo del carcinoma basocelular. Las personas que pasan muchas horas al sol por trabajo o recreación, sin la protección adecuada, están particularmente expuestas.
Los hombres presentan una mayor propensidad a sufrir de carcinoma de células basales comparado con las mujeres. Además, factores indirectos como el consumo de tabaco, que compromete la integridad del ADN celular, un sistema inmunológico debilitado, haber sido tratado con radioterapia, la exposición crónica al arsénico y ciertas enfermedades hereditarias de la piel, como el xeroderma pigmentoso o el síndrome del carcinoma basocelular nevoide, también incrementan las probabilidades de presentar este tipo de cáncer de piel. Por ende, es esencial una comprensión integral de estos riesgos para una prevención efectiva y un diagnóstico temprano del carcinoma basocelular.
El indicio más común del carcinoma basocelular es la presencia de una lesión cutánea persistente, comparable a una herida que no logra sanar por completo. La variedad en la apariencia de estas lesiones puede ser significativa, dependiendo de la ubicación en el cuerpo y el fototipo del paciente.
Usualmente, el carcinoma basocelular se presenta como un nódulo pequeño, con un color que puede mimetizarse con el de la piel o mostrar una tonalidad perlada que permite, en ocasiones, la visualización de diminutos vasos sanguíneos que irrigan el tumor. Este aspecto es especialmente típico en los carcinomas localizados en el rostro y las orejas, donde es común que estas lesiones sangren y muestren dificultades para cicatrizar adecuadamente, siendo este uno de los motivos más habituales por los que los pacientes buscan consulta médica.
En otras ocasiones, el carcinoma de células basales puede adoptar la apariencia de lesiones blancas con una textura que recuerda a una cicatriz; también pueden presentarse con pigmentación oscura —marrón, negra o azulada— con bordes translúcidos ligeramente elevados que albergan puntos negros en su superficie, o como placas de un rojo intenso y escamosas, con bordes prominentes. Estas características tan distintas resaltan la importancia de una observación atenta y una evaluación profesional ante cualquier cambio o anomalía en la piel.
El abordaje terapéutico del carcinoma basocelular es complejo debido a la amplia variedad de neoplasias cutáneas que existen, con características histológicas y pronósticos muy distintos. La elección del tratamiento más adecuado para el cáncer de piel debe ser siempre personalizada, teniendo en cuenta una serie de factores intrínsecos al tumor —como su localización, extensión, nivel de invasión y posible afectación vascular, además de si se desarrolló sobre una lesión cutánea previa que permiten clasificarlos en tumores de alto y bajo grado.
Asimismo, es fundamental considerar las circunstancias particulares del paciente, como la edad, expectativas de vida, situación clínica, factores de riesgo y la importancia de la estética en cada caso. La expertise del especialista también juega un papel decisivo, dependiendo de su experiencia y conocimiento tanto de las terapias disponibles para el cáncer cutáneo como de la capacidad para manejar posibles complicaciones y atender las secuelas funcionales y estéticas que puedan surgir.
En este contexto, la Unidad de Cáncer de Piel del Grupo Derma AID destaca por ofrecer una solución integral y altamente especializada para todos los tipos de tumores cutáneos. Con un equipo de subespecialistas con una experiencia sólida en cada área terapéutica, se garantiza una atención personalizada y de la más alta calidad, asegurando no solo el tratamiento efectivo del carcinoma basocelular sino también un seguimiento adecuado para el manejo de cualquier efecto a largo plazo. La atención meticulosa y considerada de todos estos aspectos es lo que define nuestra excelencia en el cuidado y tratamiento del CBC.
La cirugía de márgenes ampliados es un procedimiento convencional en el tratamiento del cáncer de piel, que consiste en la extirpación del tumor junto con una zona adicional de tejido sano circundante. Este margen de seguridad se establece para maximizar las posibilidades de retirar todo el tejido tumoral en su totalidad y prevenir la recurrencia del carcinoma basocelular.
La determinación del margen a extirpar depende tanto del grosor y la agresividad del tumor como de su ubicación en el cuerpo. En áreas de la piel donde el espacio es limitado, como ciertas zonas de la cara, la eliminación de un margen extenso puede ser complicada. En estos casos, es fundamental equilibrar la necesidad de obtener márgenes de tejido libre de cáncer con la preservación de la estética y la función del área afectada, considerando que un margen más amplio puede resultar en una cicatriz más grande.
El riesgo de que sea necesario realizar una segunda intervención quirúrgica se incrementa si, después de la primera cirugía, el análisis del tejido extirpado revela que los márgenes no estaban libres de células cancerosas. Por ello, este tipo de cirugía debe ser cuidadosamente planeada y ejecutada por especialistas en dermatología oncológica, quienes tienen la pericia para evaluar la extensión adecuada de los márgenes y reducir al mínimo la posibilidad de una reintervención.
La cirugía de Mohs se distingue como una técnica quirúrgica avanzada y altamente efectiva que alcanza un triple objetivo crucial: la eliminación completa del carcinoma basocelular, la preservación de la máxima cantidad de tejido sano posible y la conservación de la funcionalidad del área afectada. Esta precisión es especialmente importante en cánceres de piel que se localizan en la cara, donde la estética y la funcionalidad son de particular preocupación.
El procedimiento se realiza extirpando el tumor de manera escalonada, capa por capa, y cada tejido extraído es inmediatamente examinado bajo el microscopio en el quirófano. Esta metodología permite al cirujano determinar con exactitud cuándo se ha alcanzado tejido libre de células cancerosas, garantizando así que el tumor se haya removido en su totalidad. La cirugía de Mohs ostenta una tasa de éxito impresionante, logrando curaciones cercanas al 100%.
Este nivel de eficacia, junto con la capacidad de preservar tejido sano, convierte a la cirugía de Mohs en una opción terapéutica de primer nivel para el tratamiento del carcinoma basocelular, con resultados óptimos tanto en el aspecto curativo como en el cosmético y funcional.
El pronóstico para los pacientes con CBC generalmente es favorable, especialmente cuando se diagnostica y se trata en sus etapas iniciales. Aunque el CBC tiene un bajo riesgo de metástasis, su capacidad para dañar estructuras adyacentes requiere una atención clínica rigurosa.
Aquí respondemos a las preguntas más comunes sobre el carcinoma basocelular.
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Entendemos que cada paciente es único, y por ello, en Grupo Derma Aid, nos comprometemos a diseñar un plan terapéutico que se adapte a las necesidades individuales y específicas de su caso. Con un equipo de dermatólogos certificados y con amplia experiencia en técnicas avanzadas como la cirugía de Mohs, crioterapia, terapia láser y tratamientos tópicos, estamos preparados para ofrecerle los mejores resultados posibles.
La pronta acción es fundamental para el manejo efectivo del carcinoma basocelular. Por esta razón, hacemos un llamado a no posponer su consulta. Si usted o alguien que conoce está buscando opciones de tratamiento para el carcinoma basocelular en Quito, Grupo Derma Aid ofrece una combinación de tecnología avanzada, métodos comprobados y un cuidado compasivo que es sinónimo de excelencia en el cuidado dermatológico.
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