El liderazgo del Dr. Victor Pinos, dermatólogo y tricólogo experto, junto con un equipo de dermatólogos y tricólogos, asegura un manejo experto de la alopecia. Formados por líderes mundiales como el Dr. Sergio Vaño y David Saceda, su experiencia abarca tanto tratamientos médicos como quirúrgicos.
Nos comprometemos a ofrecer tratamientos avanzados y probados, aprovechando la experiencia clínica para brindar resultados eficaces. Esto incluye una combinación de terapias o la cirugía capilar, siempre basados en la mejor evidencia científica disponible.
La alopecia androgenética representa la forma más común de pérdida de cabello entre las más de 100 variantes catalogadas hasta la fecha. Este tipo de alopecia no distingue en su frecuencia: afecta aproximadamente al 40% de los varones jóvenes entre los 18 y los 39 años, y su prevalencia aumenta con la edad, llegando a afectar a un 95% de los hombres mayores de 70 años. Esta incidencia es tan alta que, en muchos casos, la alopecia androgenética en el hombre se considera casi un proceso fisiológico normal asociado al envejecimiento.
Sin embargo, esta condición también tiene un impacto significativo en las mujeres. A pesar de estar comúnmente asociada al sexo masculino debido a la implicación de los andrógenos en su desarrollo, la realidad es que un porcentaje considerable de mujeres también experimenta esta pérdida de cabello. Se estima que aproximadamente el 35% de las mujeres en edad fértil padecen de alopecia androgenética, y esta cifra puede aumentar hasta el 50% en mujeres posmenopáusicas.
Es importante subrayar que, aunque la pérdida de cabello puede ser angustiante para cualquier persona, en las pacientes femeninas, la experiencia suele ser particularmente traumática. La alopecia androgenética en mujeres a menudo conduce a una merma notable en su estado de ánimo y autoestima, debido a los ideales socioculturales de belleza y feminidad que históricamente han estado vinculados al cabello. Este impacto psicosocial requiere una consideración cuidadosa dentro del abordaje terapéutico, enfatizando la importancia de un soporte integral que aborde tanto los aspectos médicos como emocionales de la condición.
La alopecia androgenética en hombres se manifiesta principalmente por una disminución en la densidad del cabello, lo que provoca que el cuero cabelludo se torne más visible, fenómeno comúnmente descrito como «ralo». Esta pérdida de cabello se observa con mayor frecuencia en la región frontal, dando lugar a lo que popularmente se conoce como entradas, y en la coronilla. No es raro, sin embargo, encontrar hombres con una pérdida difusa en toda la región superior del cuero cabelludo.
Los signos de la alopecia androgenética suelen ser más notorios en etapas tempranas cuando el cabello está mojado o bajo una luz intensa. Para clasificar su progresión, se utiliza la escala de Norwood, que divide la alopecia androgénica en 7 grados, siendo el grado 1 el más leve y el 7 el más severo. Es importante señalar que no todos los hombres con alopecia androgénica alcanzan el grado más avanzado; la progresión de la calvicie varía entre individuos. Sin embargo, en ausencia de un tratamiento adecuado, es común que la condición avance gradualmente, y este avance puede ser más acusado durante la juventud.
La comprensión de la progresión de la alopecia androgenética es fundamental para establecer expectativas realistas y elegir el tratamiento más adecuado. Aunque el curso de la alopecia puede ser lento, intervenir tempranamente puede ayudar a los pacientes a manejar mejor la condición y a preservar la densidad capilar existente.
La alopecia androgenética en mujeres se presenta con características distintivas frente a la versión masculina. Mientras que los hombres experimentan retracción en las entradas y pérdida en la coronilla, las mujeres suelen preservar la línea frontal del nacimiento del cabello. La manifestación más común en la alopecia androgenética femenina es el adelgazamiento difuso del cabello, principalmente en la región central y parietal del cuero cabelludo. Este adelgazamiento resulta en un ensanchamiento visible de la raya del cabello, que se hace más evidente bajo una luz intensa.
A diferencia de los hombres, donde la escala de Norwood clasifica la progresión, en mujeres se utilizan las escalas de Ludwig y Olsen, que establecen tres grados de severidad, y la escala de Ebling, que cuenta con cinco grados. En ambos sistemas, el grado 1 representa el estado más leve de adelgazamiento capilar, mientras que los grados más altos indican una pérdida capilar más extensa y notable.
No todas las mujeres con alopecia androgenética alcanzarán el nivel más avanzado de pérdida de cabello. Sin embargo, al igual que en los hombres, la tendencia natural, en ausencia de tratamiento, es hacia una progresión lenta pero constante de la condición. Es crucial, por tanto, la intervención temprana para manejar eficazmente la alopecia y buscar preservar la densidad capilar tanto como sea posible.
La alopecia androgenética, tanto en hombres como en mujeres, tiene su raíz principalmente en causas genéticas y hormonales. En los hombres, la tendencia a desarrollar esta forma de pérdida de cabello a menudo se relaciona con la historia familiar; sin embargo, la falta de antecedentes no elimina el riesgo de que la alopecia androgénica se manifieste. La sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos, específicamente en la región frontal, superior y de la coronilla, conduce a un proceso de miniaturización folicular. Los folículos afectados disminuyen progresivamente en tamaño y densidad, lo que puede resultar en su desaparición total si no se implementa tratamiento. Esta condición generalmente comienza a manifestarse entre los 20 y 25 años, aunque puede ocurrir antes.
Por otro lado, la alopecia androgenética femenina, aunque comparte factores genéticos y hormonales con la masculina, presenta una etiología más compleja donde otros factores también juegan un papel importante. No está exclusivamente vinculada a los andrógenos, ya que otras hormonas y condiciones de salud pueden influir en su aparición y progresión. Por ejemplo, puede comenzar alrededor de la adrenarquia o agravarse después de la menopausia debido a los cambios en los niveles de estrógeno. La alopecia androgénica femenina se clasifica como precoz si se presenta antes de la menopausia y como tardía si ocurre después.
Además, la alopecia androgénica femenina frecuentemente coexiste con otras condiciones de salud, como déficits nutricionales, particularmente de hierro, trastornos alimentarios, y desequilibrios hormonales significativos, como el síndrome de ovario poliquístico y otras endocrinopatías. La presencia de estos factores subraya la importancia de un diagnóstico minucioso que identifique o descarte todas estas posibles causas subyacentes antes de decidir un enfoque terapéutico.
El entendimiento integral de las causas subyacentes en la alopecia androgénica es vital para establecer un tratamiento efectivo y personalizado, y para abordar la condición de manera holística, considerando todas las variables que afectan a cada paciente.
El diagnóstico de la alopecia androgenética se realiza fundamentalmente en el ámbito clínico y está a cargo de un dermatólogo especialista en tricología. Gracias a los avances en la tecnología médica, como los que se encuentran en la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Derma AID, es posible diagnosticar esta condición incluso en sus fases más incipientes, cuando la pérdida de cabello aún no es evidente.
Los tricólogos se valen de herramientas de diagnóstico avanzadas como el tricoscopio digital y sistemas de videotricoscopia. Estos instrumentos proporcionan imágenes detalladas y ampliadas del cuero cabelludo y el cabello, lo que permite no solo confirmar la presencia de alopecia androgenética sino también determinar su grado y planificar el tratamiento más adecuado. Además, facilitan el seguimiento de la enfermedad a lo largo del tiempo, evaluando la respuesta al tratamiento y ajustándolo según sea necesario.
En el caso de la alopecia androgenética masculina, generalmente no se requieren análisis periódicos, a menos que haya indicios de otras patologías. Por el contrario, en las mujeres con alopecia androgénica, es común realizar un análisis hormonal completo. Este paso es esencial para identificar posibles desequilibrios que podrían estar contribuyendo a la pérdida de cabello, como trastornos de la tiroides, síndrome de ovario poliquístico o niveles bajos de hierro, entre otros.
El proceso diagnóstico es, por tanto, personalizado y diferenciado para hombres y mujeres, reconociendo la complejidad y las peculiaridades de la alopecia androgénica en cada sexo. Con un enfoque detallado y una atención personalizada, se asegura el mejor manejo y cuidado de esta condición.
El tratamiento de la alopecia androgenética abarca opciones farmacológicas, que incluyen medicaciones tópicas, orales e inyectadas, así como intervenciones quirúrgicas como el trasplante capilar. En la última década, las terapias para la alopecia han avanzado significativamente, con la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Derma AID hemos seguido de cerca las investigaciones en este campo.
Actualmente, no existe una cura definitiva para la alopecia androgénica, lo que implica que los tratamientos deben mantenerse a largo plazo para asegurar la efectividad y la duración de los resultados. El plan terapéutico típico comienza con un tratamiento intensivo los primeros dos años tras el diagnóstico, seguido de un protocolo de mantenimiento adaptado a la evolución de la alopecia en cada paciente.
El objetivo principal del tratamiento es doble: primero, detener la progresión de la alopecia, y segundo, aumentar la densidad capilar mediante el engrosamiento de los tallos capilares que han comenzado a miniaturizarse. El impacto de estos tratamientos generalmente comienza a ser notable a partir de los seis meses, alcanzando su máximo potencial entre el año y año y medio después de iniciado el tratamiento.
Los especialistas de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Derma AID recomiendan combinar diferentes líneas de tratamiento y ajustarlas según las necesidades individuales de cada paciente. Esta estrategia ha demostrado ser eficaz, logrando tasas de éxito cercanas al 90% en muchos de los casos atendidos, y en ocasiones evitando la necesidad de recurrir al trasplante capilar gracias a los buenos resultados obtenidos con los tratamientos farmacológicos.
Además de los tratamientos farmacológicos tradicionales, existen otras alternativas terapéuticas que están mostrando resultados prometedores en el manejo de la alopecia androgénica. Estas opciones incluyen técnicas como la mesoterapia, el uso de láser de baja potencia y los análogos de prostaglandinas. Cada una de estas terapias ofrece un enfoque diferente para estimular el crecimiento del cabello y mejorar la salud del cuero cabelludo.
Los análogos de prostaglandinas son utilizados para modificar la dinámica folicular. Estos compuestos pueden alterar el ciclo de crecimiento del cabello, prolongando la fase de crecimiento y aumentando el tamaño del folículo.
Los especialistas en tricología del Derma AID evalúan cuidadosamente la situación de cada paciente para determinar la idoneidad de estas terapias alternativas. Esto incluye la consideración de posibles alteraciones detectadas en análisis clínicos y la coexistencia de otras patologías que puedan influir en la alopecia, como la anemia ferropénica o la dermatitis seborreica. La selección del tratamiento más adecuado depende de un diagnóstico preciso y una comprensión integral de las necesidades del paciente, asegurando así una aproximación personalizada y efectiva en el tratamiento de la alopecia androgénica.
El trasplante capilar representa una solución robusta y cada vez más popular para combatir la alopecia androgénica. En la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Derma AID, se ha perfeccionado el uso de los microinjertos, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que mejora significativamente la densidad capilar en las áreas afectadas por la pérdida de cabello.
Una de las técnicas específicas utilizadas en el trasplante capilar es la Extracción de Unidades Foliculares (FUE, por sus siglas en inglés). En este método, cada folículo se extrae individualmente, lo que permite una recuperación rápida y minimiza las cicatrices. A diferencia de otros métodos más invasivos, la técnica FUE no requiere de cortes grandes ni suturas, y los pacientes pueden volver a sus actividades normales en poco tiempo, generalmente entre 5 y 7 días.
Tras la intervención, el área tratada comienza a mostrar signos de crecimiento nuevo aproximadamente a los seis meses, con resultados finales visibles entre los 12 y 15 meses. El nuevo cabello crece gradualmente en las áreas trasplantadas, y el aspecto general continúa mejorando a medida que el cabello se vuelve más grueso y completo.
Aquí respondemos a las preguntas más comunes sobre la Alopecia Androgenética.
Los signos de alopecia androgenética incluyen adelgazamiento del cabello en patrones específicos; en hombres, esto puede comenzar con el retroceso de la línea del cabello y adelgazamiento en la coronilla, mientras que en mujeres, se manifiesta principalmente como un ensanchamiento de la parte central del cabello.
Sí, la alopecia androgenética tiene un componente hereditario fuerte. Si tienes familiares directos que sufren de alopecia androgenética, es más probable que también la desarrolles.
Sí, existen múltiples tratamientos efectivos que incluyen medicamentos como finasteride, dutasteride y minoxidil, procedimientos de trasplante capilar y terapias alternativas como la mesoterapia y el láser de baja frecuencia.
Las opciones no quirúrgicas incluyen medicamentos tópicos como el minoxidil, tratamientos orales como la finasteride y dutasteride, terapias con láser de baja potencia, y tratamientos más nuevos como los análogos de prostaglandinas.
El trasplante capilar implica extraer folículos pilosos de áreas del cuero cabelludo donde el cabello es abundante y trasplantarlos a las áreas afectadas por la pérdida de cabello. Este procedimiento puede restaurar permanentemente el cabello en las áreas tratadas.
Los resultados pueden variar según el tratamiento; por ejemplo, los medicamentos como el minoxidil pueden mostrar mejoras en unos pocos meses, mientras que el trasplante capilar puede tomar entre 6 a 12 meses para ver resultados significativos.
Aunque no se puede prevenir completamente debido a su naturaleza genética, es posible manejar los síntomas y retardar la progresión con tratamientos tempranos y adecuados.
No, tiende a manifestarse de manera diferente. En los hombres, es más probable que resulte en una calvicie significativa, mientras que en las mujeres, suele causar un adelgazamiento general sin llegar a una calvicie completa. Además, el impacto emocional y psicológico puede diferir significativamente debido a las normas sociales y expectativas estéticas relacionadas con el cabello en hombres y mujeres.
No, tiende a manifestarse de manera diferente. En los hombres, es más probable que resulte en una calvicie significativa, mientras que en las mujeres, suele causar un adelgazamiento general sin llegar a una calvicie completa. Además, el impacto emocional y psicológico puede diferir significativamente debido a las normas sociales y expectativas estéticas relacionadas con el cabello en hombres y mujeres.
Si estás experimentando síntomas de alopecia androgenética y buscas una solución eficaz, Grupo Derma AID en Quito te ofrece tratamientos avanzados y personalizados. Entendemos el impacto que la pérdida de cabello puede tener en tu vida y estamos aquí para apoyarte en cada paso del camino hacia la recuperación capilar.
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